Friday, May 24, 2013

SOCIALMENTE IRRESPONSABLE


Hoy es uno de esos días en los que se me ocurre jugar a la psicóloga y al paciente y como nadie nunca está de ánimos para que lo psicoanalice, toda frustrada me puse a psicoanalizarme yo solita. Si pues muchos preguntarán – qué no tienes nada que hacer?, la verdad si, si tengo mucho que hacer, pero hoy  es uno de esos días en los que no quieres hacer nada de nada y solo escribir te calma, hoy es uno de esos días en los que se despierta la escritora que vive dormida en mí. A veces despierta y toma posesión de este cuerpo y dice y hace cosas que la verdadera yo definitivamente no haría, unos lo llaman mi alter ego, otros me dicen que estoy loca, a mí me gusta pensar que tengo un talento oculto que nadie ve. Pero esta escritora es extraña, a veces tiene las palabras justas para cada momento oportuno, pero a veces simplemente se queda muda y observa, observa el mundo a su alrededor y muchas veces lo que ve no le gusta. Le disgusta tanto el mundo exterior que siempre conversa con ella misma y cuando quiere una respuesta  lo que piensa solo escribe, como hoy. A veces he pensado que una soy autista no diagnosticada, pero a veces también me sorprende lo sociable que soy, tal vez tengo un conflicto de bipolaridad.

Todo está bien, al fin y al cabo cada uno es como le da la gana, el problema se da cuando tus desordenes bipolares lastiman a la gente de tu alrededor. Quizás por eso no tengo muchos amigos y los que tengo solo saben de mi cuando me da la gana o cuando estoy de ánimos. Y estoy segura que cuando necesite de alguno de estos “amigos”, ninguno de ellos estará para mí. No los culpo, están en su derecho, la culpable soy yo.

He llegado a pensar que tal vez, muy en el fondo me acerco a las personas porque puedo obtener algo de ellas, algo que necesite, algo que me falta, algo que me beneficie, pero esta idea me parece muy descabellada y hasta cruel. Es la verdad, para que voy a mentir, puedo mentir, ¡claro que puedo!, pero no aquí. Pero eso no es lo peor de todo, si señores hay más, lo peor viene cuando ya conseguí lo que me interesa y simplemente me deshago de esas personas.

Jamás he sentido que pertenezco a un lugar, ni a un grupo de personas,  siento que estoy  en la secundaria otra vez, y me encuentro frente a un enorme comedor, y me veo parada en medio de todos, con mi bandeja plateada, y están los famosos mini grupos sociales. Están las bellas y huecas porristas, las chicas que dedican horas a producirse y van a la escuela como si fuera un desfile de modas, los fortachones del equipo de futbol, algunos muy guapos, claro si te gustan 100 kilos de puros esteroides. El grupo de intelectuales con lentes, de los intelectuales sin lentes, los aparente mente normales,  que no encajan en ningún grupo, a mí me gusta llamarlos desadaptados por decisión propia. Están los del grupo de matemáticas, los científicos, los viciosos y  los fumones. Y ahí viene la gran pregunta, donde demonios encajo yo? No soy porrista, ni modelo, ni científica ni buena en matemáticas y tampoco me considero desencajada y mucho menos fumona.

Así que un día me rendí de buscar un lugar para mí y decidí hacer mi grupo de 1. Y así he vivido siempre, feliz, con mi música, mis libros es de terror, sin preocuparme en agradar a otros, con mi forma de pensar distorsionada, y sin tener que ser hipócrita tratando de aparentar que me siento a gusto con gente a mi alrededor.

Claro, esto funciona durante al adolescencia y la época de la universidad peor lamentablemente llega una etapa en la vida en al que obligatoriamente tienes que socializar con alguien. Con los años y en el mundo laboral he cambiado un poco. Creo que es la sociedad que te obliga a modificar ciertos patrones de conducta, bueno los tienes que cambiar para surgir profesionalmente, ahora he encontrado cierta compatibilidad con la gente que me rodea tratando de construir nuevas relaciones. Hay que reconocerlo, me he esmerado. Y mi chico, con toda la paciencia que lo caracteriza, ha tratado de cambiarme día a día, al principio fue difícil y nos costó muchas peleas, pero hay que aceptarlo, por AMOR, hasta el más antisocial se vuelve el alma de la fiesta.