Era mediados de marzo del 2005 cuando lo conocí, estaba sola en mi nuevo salón de clases de la universidad, en esa época a travesaba un etapa de soledad y no me gustaba acercarme a la gente ni que la gente se me acercara demasiado. Paraba todo el tiempo sola y cuando escuchaba las conversaciones de mis compañeros de clase me parecían tan tontas y faltas de contenido. Pero había alguien diferente en todo ese grupo de personas con pensamientos sin sentido para mí, me llamaba la atención porque era muy inteligente, siempre sabía las respuestas del curso de análisis matemático (en el cual yo estaba completamente perdida). Como yo no era muy buena para los números, pensé que de repente el me podría enseñar, me preocupaba mucho el no entender puesto que es una de las materias más importante en la carrera de economía. Y así lo conocí, congeniamos desde el primer momento. Él tenía otro grupo de amigos, los clásicos vagos que no les gustaba estudiar, lo que me llamaba mucho la atención, era que siendo el tan inteligente cómo podía perder su tiempo con personas que no eran muy devotas del estudio.
En fin, dentro de ese grupo de personas, en su mayoría hombres, también había una muchacha muy bonita que también era amiga de él, y yo por alguna razón que no entiendo aun me ponía celosa, mi insensato egoísmo y la extraña e infunda necesidad de ser el centro de atención, me decía que quería ser YO su única amiga (muy inmaduro de mi parte). Y fue así que él se alejó de todos para estar solo conmigo, hacíamos todo juntos, estudiamos, veíamos películas en su caso casi todas las noches, fumábamos cajetillas y cajetillas de Hamilton mentolado (es raro que un hombre fume cigarro mentolado), éramos inseparables. Recuerdo esas tardes en su casa en la cual nos reuníamos siempre para estudiar, fumar y tomar cantidades industriales de café.
Los meses fueron pasando y un día, en nuestras caminatas de costumbre, me tomo de la mano y me confesó algo que sentía desde hace mucho tiempo, me acuerdo que me miro fijamente y me dijo Grace… estoy enamorado de ti. Para mí fue una gran sorpresa porque jamás me dio ninguna señal, jamás dijo nada. No sabía que decir, bueno sabia exactamente dentro de mí que no podía corresponderle, era mi mejor amigo y todo de él me gustaba, pero para mí era solo eso, MI AMIGO. Y pensé – o no, que le digo ahora, no quiero perderlo, y mi pensamiento egoísta y escaso de madurez me hizo decir cosas de las que ahora, ya pasado los años, me arrepiento. Lo mire muy triste y le dije que no sentía lo mismo, pero que no quería alejarme de él, que si de repente seguíamos siendo los mismo amigos de siempre el dejaría de verme como mujer y me volvería a ver como amiga. El obviamente por no hacerme sentir mal lo aceptó, aunque estoy casi segura que lo que quería hacer era alejarse de mí. Pero yo no lo deje. Así pasaron los años de la universidad, seguíamos haciendo lo mismo de antes pero se sentía la incomodidad en el ambiente, él comenzó a tomar actitudes que no le corresponden a los “amigos”, se toma atribuciones que para, mí y para el resto de mortales , solo son de enamorados, me pedía explicaciones a mis actitudes, me celaba de la gente que se me acercaba (de hombres en realidad) y yo tontamente en vez de hacerle ver las cosas realmente como son, me quedaba callada y le daba la razón. No quería que se molestara conmigo y dejara de ser mi mejor amigo. Los problemas realmente comenzaron cuando yo conocí a otra persona, alguien por el cual sentía ilusión, gusto y con el que deseaba tener una relación, mi amigo se opuso me dijo que si yo estaba con alguien yo iba a cambiar mi forma de ser con él, y me dejó de hablar. Me sentía muy sola en la universidad. Ya no estudiaba conmigo, ya no parábamos juntos de arriba abajo como antes y me sentía muy vacía. Ahora pienso que esa fue mi oportunidad para aclarar las cosas y hacer que cambien, vivir la vida como debía ser, relacionarme con otras personas sin sentirme culpable de que mis acciones dañen a alguien más. Y sobre todo era la ocasión perfecta para de darle a mi amigo la oportunidad de ser feliz lejos de mí. PERO NO LO HICE.
Así que otra vez tome la decisión equivocada y deje de verme con ese muchacho que conocí, para que mi amigo no se sintiera mal y se alejara de mí. No veía o no quería ver que le estaba haciendo daño a él y que sobretodo me hacía daño a mí. Poco a poco la situación se volvió insostenible, pero ya no sabía cómo dar vuelta atrás. Así, empezaron las llamadas insistentes por parte de él, las peleas sin sentido y ya esa amistad que en algún momento fue muy especial para mí, se convirtió en algo extraño, no sé cómo llamarlo pero no era normal, era algo enfermizo. Tan grande era mi molestia que empezaba a tratarlo mal, y realmente no se lo merecía, trataba de alejarme de él y no podía, porque siempre mi sentimiento de culpa era más grande, y era yo la que lo volvía a buscar. De todas las veces que le hice daño, recuerdo una en especial, creo que fue el peor de los desplantes que pude haberle hecho. Era 8 de diciembre y un conocido grupo de rock iba a realizar un tributo de mi grupo preferido (los Beatles). Un programa radial estaba haciendo un concurso para regalar unas entradas para ese esperado concierto. Él no me dijo nada y participo en el concurso y ganó las entradas. El concierto fue el día de su cumpleaños. Me acuerdo que fue a buscarme a mi casa a darme la sorpresa, estaba muy emocionado, su mirada reflejaba cierta satisfacción y un poco de esperanza, y dijo, “Grace mira me gane estas entradas, vamos juntos amiga.” Por alguna extraña razón, y sin explicación coherente para mí, lo mire y le dije, “sabes, no quiero ir contigo, gracias pero prefiero no ir”. Pero era mentira en el fondo me moría por ir a ese concierto, pero no quería ir con él, no quería seguir alimentando esa esperanza que todavía habitaba en él.
Mi papa también era fanático de los Beatles, entonces se me ocurrió algo peor y le dije “me gustaría ir sola con mi papa”. Su mirada era una mescla de tristeza y odio, pero su cariño hacia mí era más grande que su orgullo, recuerdo que solo miro el piso y con mirada de decepción me dio las entradas y se fue. Recuerdo haberme divertido muchísimo ese día con mi papá, a pesar de todo el dolor que cause. Y nunca pensé en lo mal que me había portado con mi amigo. Desde ese día las cosas se pusieron peor, solo me acercaba a él cuando teníamos que estudiar o para cosas de la universidad, pero nunca quería hacer nada con él, ya no quería ir a su casa, ni ver películas, ni nada. Su presencia empezaba a molestarme, me sentía incomoda todo el tiempo, me incomodaban sus demostraciones de cariño hacia mí, me molestaba que me dijera que me quería, y que me preguntaba todos los días, cuándo acabaría esto? .Pero a pesar de mis negativas y desaires él siempre estuvo a mi lado.
En el último año de clase conocí al que ahora es mi novio, yo no quería que mi “amigo” se enterara porque no quería que se molestara y me hiciera más problemas. Así que se lo oculte, nunca le dije que me veía con alguien, tampoco me imagine que esa relación seria tan enserio, jamás pensé que me terminaría casando con él. Pero como decía mi abuela, entre el cielo y el infierno no hay nada oculto, “mi amigo” se enteró, me vio en una foto al lado de mi novio en una famosa red social, ese día me fue a buscar a mi casa y jamás lo había visto tan enfadado, me grito en la calle que era una mentirosa, una hipócrita y que no creía nada de lo que le decía. Nunca pensó que Grace, la persona que siempre quiso, se comportara con una vil mentirosa.
Obviamente me sentí muy culpable por haber alargado esta situación tantos años y provocarle una decepción más a mi “amigo”, pero en el fondo me sentía aliviada, era una verdad que ya no podía ocultar más. Y en cierta forma me alegre que ya lo supiera.
Desde ese día no hemos vuelto a parar juntos, ya no hablamos, no sé nada de su vida. Una que otra vez me manda un mensaje a mi celular para mi cumpleaños y navidad, y aunque es un mensaje muy pero muy corto, todavía noto resentimiento en él.
Sé que me porte muy mal, sé que lo lastime en lo más profundo, pero por más que este relato muestre lo contrario, jamás fue mi intención lastimarlo. Amigo ojala algún día puedas leer esto y perdonarme. Te agradezco de todo corazón lo que hiciste por mí todos esos años. Y desde el fondo de mi corazón te digo sinceramente, que me hubiera encantado poderte amar como me amaste a mí, pero en las cosas del corazón una no manda. Estoy segura que allá afuera hay una mujer maravillosa para ti, alguien que no te lastime, ni te haga sufrir, ALGUIEN QUE DEFINITIVAMENTE NO SOY YO……
